Hola,
Soy Luis, aquí es donde el chico de marketing nos dice que tenemos que explicar que tenemos un equipo multidisciplinar, que tenemos más de 20 años de experiencia en el sector o el porcentaje de éxito de nuestros servicios. Pero yo prefiero contarte una historia.
Esta historia no es sobre mí ni sobre mi equipo. En esta historia la protagonista es Ana.
Ana es una niña pequeña, bueno cuando pasó esta historia era pequeña, ahora ya será adolescente. Ana es la hija de María y Javier. Cuando llegó a la familia la felicidad era enorme.
Ana se convirtió en el centro de todo. Todo lo que sus padres, María y Javier, hacían era por y para Ana. Vivían en un piso de alquiler y mientras Ana era pequeña, dormía con sus padres en la misma habitación, básicamente porque no tenían más.
María y Javier sabían que necesitaban un piso más grande, para que la pequeña tuviese su propia habitación. Buscaron. Visitaron varias inmobiliarias. Vieron pisos, casas pequeñas, en el centro o en urbanizaciones con piscina. Al final encontraron un piso en un barrio tranquilo, con dos habitaciones y un gran salón en el que los tres podrían disfrutar viendo películas juntos.
Cuando ya lo tenían todo, su banco les falló. Ellos estaban convencidos que su banco de confianza, aquel en el que, siendo pequeños, sus padres le abrieron su primera cuenta bancaria, y en el que aún seguían siendo clientes les daría la hipoteca.
El tiempo se terminaba y no sabían qué hacer. Ir banco por banco. La inmobiliaria que les encontró el piso, no les ofrecía financiación. Su sueño se esfumaba. Sus planes de felicidad desaparecían entre montañas de papeles.
Pero el destino cruzó nuestros caminos. Yo entraba en el gimnasio y Javier estaba en la recepción cancelando su suscripción para reducir sus gastos. Escuché la conversación con los dueños y me ofrecí a ayudarles a conseguir la hipoteca que necesitaban.
Nos sentamos. Me explicaron su situación. Mi equipo analizó la información financiera y nos pusimos a trabajar.
No voy a esconderme ni a engañarte, fue complicado conseguir la financiación necesaria. Más aún con el poco tiempo que teníamos.
Pero lo conseguimos.
A diferencia de los bancos tradicionales, nosotros trabajamos con más de 40 entidades financieras para encontrar siempre la mejor opción para cada familia. Nuestra tasa de éxito del 94% en casos difíciles nos avala.
Conseguimos que María, Javier y Ana, disfrutasen del día más feliz de la semana. El día de cine en casa.
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No tratarás con algoritmos impersonales ni sistemas automatizados, nosotros nos ocuparemos personalmente.
Déjanos pelearnos con los bancos por ti
Registro nº E233 de Intermediarios de Crédito Inmobiliario.